En 1960 fue creada la Oficina de ayuda exterior, que marcó la entrada oficial de Canadá en el campo del desarrollo internacional. Para entonces, los campus universitarios canadienses ya habían desarrollado programas de ayuda a los países en desarrollo, incluyendo el envío personas voluntarias. La Corporación CUSO-SUCO nació por iniciativa de un grupo de universitarios. El 6 de junio de 1961 fue creada oficialmente en la Universidad McGill, en Montreal, donde estaban representadas 21 universidades. SUCO-CUSO fue una de las primeras organizaciones no gubernamentales (ONG) laicas canadienses de cooperación internacional. El lema oficial de la época, “servir y aprender”, ilustra claramente en qué consistía el voluntariado en el exterior.
De la ayuda a la solidaridad
La década de los 70 fue de cuestionamiento en el mundo del desarrollo internacional. La cooperación internacional se volvió más crítica y muchos analistas consideraban que el subdesarrollo era un fenómeno estructural causado por las desigualdades en las relaciones económicas internacionales. A principios de la década, SUCO se acercó a las poblaciones del Sur y apoyó las iniciativas locales de autodesarrollo, especialmente entre las poblaciones de los barrios marginales y las zonas rurales. Desde entonces, el personal y las personas cooperantes voluntarias tuvieron claro que el progreso social, cultural y político es una condición esencial para el desarrollo del bienestar físico y económico de las poblaciones desfavorecidas. SUCO reorientó su trabajo entonces a fin de desempeñar un papel más activo en el ámbito de la solidaridad internacional y la sensibilización del público. Con el fin de aumentar el alcance de la sensibilización del público, en 1976 SUCO participó activamente en la creación de la Asociación quebequense de organismos de cooperación internacional (AQOCI).
Solidaridad directa y fortalecimiento de la sociedad civil
Durante la década de 1980, algunas instituciones internacionales asumieron el liderazgo mundial que desde entonces vincula a los países beneficiarios a las condiciones neoliberales, como la reducción de la deuda nacional y del tamaño del Estado, así como la privatización de grandes partes de sus economías. Paralelamente, en el marco de sus nuevas orientaciones, consistentes en acompañar a organizaciones locales, SUCO busca desde entonces el fortalecimiento de la sociedad civil. El equipo de SUCO logró garantizar un mínimo de infraestructura, continuar las relaciones de apoyo a las organizaciones socias del Sur, siempre leales, y continuar invirtiendo en la educación del público canadiense de 1983 a 1988. Sin dejar de ser críticos en cuanto al enfoque clásico de la cooperación internacional, el concepto de “solidaridad directa” parecía prometedor para la organización. Personas voluntarias como Marie-Claude Nadeau y Joseph Giguère, en Perú, fueron algunos de las y los iniciadores de este enfoque, consistente en poner en contacto directo a las “organizaciones de base” de Quebec y del extranjero mediante intercambios de metodología e ideas. En los siguientes años se establecieron lazos de solidaridad con asociaciones y grupos de campesinas(os), mujeres, artesanas(os) y jóvenes.
Experiencias de terreno que generan enfoques estructurados
Desde su creación, SUCO ha desarrollado varios métodos de intervención que se han expresado en el mejoramiento de la realidad de las comunidades, adaptado a la cultura popular de cada país y a las necesidades locales reales. En 1998, SUCO formalizó sus prácticas en una Política de Género y Equidad, con el objetivo de promover la igualdad entre mujeres y hombres en todas sus esferas de actividad, incluyendo los países en desarrollo. En el mismo periodo, el auge del concepto de desarrollo sostenible permitió a SUCO participar activamente en la gestión responsable de los recursos agroalimentarios, apoyando entre otros a cooperativas agrícolas, a asociaciones campesinas y a agrupaciones de mujeres productoras. En el marco de los enfoques locales y en función de los países de intervención, se han elaborado manuales y programas emblemáticos, tales como El Machete Verde. En 2001 fue traducido y adaptado al contexto haitiano bajo el título de Djakout peyizan.
Fortalecimiento de capacidades y transferencia de conocimientos
Entre los principios básicos que impulsan el enfoque y las intervenciones de SUCO, el fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones socias continúa siendo el centro de su enfoque general durante la década de 2000. Los saberes tradicionales son valorados, compartidos y enriquecidos con nuevos conocimientos, lo que garantiza el mejoramiento y la renovación de las prácticas. El objetivo del acompañamiento al desarrollo local de SUCO, experimentado durante cerca de 15 años, era contribuir a fortalecer las capacidades y el poder de las poblaciones locales para su propio desarrollo. Iniciado en Malí, a mediados de la década de 1990 y en el contexto de la descentralización del Estado, este enfoque buscaba mejorar la toma de decisiones de forma participativa, reducir la dependencia de los recursos exteriores y lograr la sostenibilidad a largo plazo. Experimentado en otros países de intervención, este enfoque representaba la voluntad de ir más allá de los resultados, con frecuencia demasiado efímeros, de la ayuda al desarrollo. En el mismo periodo, el enfoque agroambiental ha demostrado su eficacia en varios países, Nicaragua, Honduras, Haití, Perú y Malí, y ha permitido a SUCO hacer de éste un eje de importancia en sus intervenciones en las zonas rurales.
Grandes proyectos de apoyo a jóvenes y mujeres de las áreas rurales
En 2013, el gobierno canadiense anunció la integración de la ACDI al Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio Internacional. En 2015, los dirigentes del mundo entero reunidos en las Naciones Unidas, acordaron el Programa de Desarrollo Sostenible para 2030, un plan de acción mundial con 17 objetivos, los ODS, buscando erradicar la pobreza y restaurar la paz en todo el mundo. Paralelamente, la década está marcada por grandes crisis migratorias internacionales. Miles de personas huyen de la miseria y el conflicto en sus países de origen para tratar de encontrar refugio en otros lugares. América Central se ve especialmente afectada por este fenómeno, donde caravanas de migrantes caminan hacia el Norte en condiciones inhumanas, y encuentran las fronteras bloqueadas. Frente a estos fenómenos migratorios, SUCO innova apoyando la formación y el emprendimiento de jóvenes en áreas rurales a fin de construir sistemas alimentarios viables capaces de responder a las necesidades nutricionales y económicas de sus comunidades, respetando a la vez la capacidad del ecosistema.
Juventud, medio ambiente y espíritu empresarial rural
Dada la alta vulnerabilidad de la población rural pobre, especialmente de las mujeres, SUCO se preocupa particularmente por el tema de la resiliencia y la adaptación al cambio climático. Con el fin de garantizar cambios sostenibles y beneficiosos para todos, las iniciativas de SUCO tienen como objetivo la plena participación de las mujeres, así como de las y los jóvenes en las decisiones y acciones que les conciernen. En el terreno han sido implementados proyectos concretos que han aplicado estas orientaciones con resultados notablemente positivos.
En 2015, el Proyecto de recuperación agrícola y nutrición (PRAN), realizado en Haití y financiado en parte por la Unión Europea y los gobiernos de Quebec y Canadá, trabajó junto con 12 asociaciones de campesinos, dos de las cuales eran exclusivamente de mujeres. El proyecto creó más de 30 puestos de trabajo locales directos y permitió a más de 600 familias campesinas mejorar sus técnicas agrícolas y adquirir nuevos conocimientos en materia de nutrición. Combinar la recuperación de la agricultura y la nutrición significó un paso audaz, y los resultados han sido muy positivos. Las obras han reducido el riesgo de inundaciones durante la temporada de lluvias y han contribuido a mejorar las condiciones de vida de cerca de 1.000 personas. En el ámbito de la nutrición, en colaboración con el gobierno haitiano fue elaborada una guía alimentaria, la Gid Alimanté, escrita en criollo.
Aun cuando la mayor parte de la producción de alimentos del mundo proviene de las zonas rurales, la población no es inmune a la desnutrición. En el norte de Nicaragua, SUCO ha estado trabajando para corregir esta situación aumentando para ello las iniciativas con las y los jóvenes productores que necesitan conocimientos técnicos innovadores. Entre 2011 y 2017, el proyecto PROGA Jeunes acompañó a instituciones educativas y a organizaciones de la sociedad civil en un programa de formación en agroecología para jóvenes agricultores(as). Financiado por el gobierno de Canadá, el proyecto permitió a más de 2.300 jóvenes mejorar el rendimiento de parcelas agrícolas experimentales con base en un método agroecológico. Además, el programa ha implementado un fondo de crédito gestionado por las cooperativas de crédito locales para las y los jóvenes agricultores del relevo generacional. Al dirigirse a la juventud, SUCO se ha asegurado que la próxima generación de agricultores sea capaz de superar los retos del éxodo rural, la degradación ambiental y la seguridad alimentaria, importantes desafíos en Centroamérica.
Aun cuando la mayor parte de la producción de alimentos del mundo proviene de las zonas rurales, la población no es Entre 2015 y 2021, en colaboración con dos Ministerios peruanos (Agricultura y Riego, así como Educación) y con el apoyo financiero del gobierno de Canadá, SUCO y sus organizaciones socias, Allpa e IDMA, realizaron un vasto proyecto de formación agrícola y apoyo al emprendimiento juvenil en Perú, el proyecto FORMAGRO. El objetivo principal de esta iniciativa era mejorar las condiciones de vida y las perspectivas económicas de las y los jóvenes productores de las regiones de Ancash y Lima, donde se formaron 2.253 jóvenes, 60% de los cuales son mujeres. La estrategia del proyecto ha sido potenciar los conocimientos ancestrales y las técnicas antiguas, integrándolos en una educación moderna y de calidad. De este proyecto se han beneficiado 10.000 personas de forma indirecta, aumentando los ingresos de las familias gracias a la utilización de métodos agroecológicos y al enfoque empresarial.
Este proyecto de gobernanza local para la adaptación al cambio climático, desarrollado en seis municipios de la meseta de Thiès (Senegal), ha sido realizado por SUCO en colaboración con la organización senegalesa GRAIM y cuenta con el apoyo financiero del Gobierno de Quebec. Desde 2017, el proyecto ha elaborado seis planes comunales de acción medioambiental. En el marco de la aplicación de las acciones de mitigación del cambio climático, el proyecto ha respondido a importantes necesidades de desarrollo de capacidades de las comunidades locales, beneficiando con su impacto a 7.700 hogares.
Y ahora, ¡el futuro!
Consecuente con su historia, SUCO continúa adaptándose con agilidad a las necesidades y realidades contemporáneas. Desde el inicio de esta década, viene desarrollando estrategias a fin de aumentar su impacto, así como mecanismos para aprender más acerca de sus experiencias y de aquellas de sus organizaciones socias, a fin de ofrecer un mejor apoyo a la innovación. Igualmente viene ampliando su acción a fin de atender las necesidades agroecológicas locales en tres nuevos países: Guatemala, Togo y Costa de Marfil. Por último, en la actualidad SUCO está desarrollando una serie de actividades nacionales a fin de promover el liderazgo y la creación de redes entre actores y actrices del Norte y del Sur a favor de la transición socioecológica.