Texto: Haydeé Maroquín, colaboradora transversal de comunicación. Fotos: Marcial Vargas.
En el pintoresco distrito de Tambo Grande, Piura, Perú, emerge la historia inspiradora de Karin Palacios, una mujer de alma generosa, voluntaria y facilitadora comunitaria.
Durante más de quince años, Karin ha consagrado su vida a una noble causa: la mejora de su comunidad y el bienestar de quienes la integran.
El proyecto de podcast Voces Protagonistas del Cambio, ideado y preparado con entusiasmo por el equipo de SUCO durante meses, finalmente tomó forma, destacando a Karin como la primera voz del cambio.
Junto al equipo de Centro IDEAS, Karin fue el foco de atención en esta travesía que incluyó un vuelo desde Lima, mototaxis y un viaje de hora y media desde Piura ciudad hasta su comunidad.
Agricultora y productora local
El primer encuentro con Karin reveló su hermosa chacra, repleta de cultivos autóctonos como limonares, naranjales, achiote y mangos.
La cálida bienvenida de su familia, que abrió las puertas de su hogar con hospitalidad piurana, proporcionó el contexto acogedor para días llenos de significado.
Durante la visita, se exploró la chacra, se presenció el cuidado de una piscigranja y se compartió la experiencia de cultivar y pescar truchas con entusiasmo, en compañía de su hijo Gael, su esposo Nelser Raúl y su hermano.
Karin ha crecido dentro de una cuna de agricultores, inspirada por el noble trabajo de su núcleo familiar. Pero por desgracia, no para todas las personas, especialmente para las mujeres, la realidad es la misma ya que, según el Censo Nacional Agropecuario – CENAGRO 2012, en el Perú solo el 32% de mujeres son productoras agropecuarias y propietarias de tierra.
Esto refleja la desigualdad que existe entre la tenencia de tierra entre hombres y mujeres, además de la violencia patrimonial, además el Centro de Emergencia Mujer – CEM señala que de enero a noviembre del 2023 el 68.7% de las denuncias de violencia patrimonial fueron realizadas por mujeres.
El segundo día, bajo el cálido sol de la región, el equipo se preparó para la entrevista, llevada a cabo en un escenario natural, resaltando la conexión de Karin con la tierra que la vio crecer.
Durante la conversación, emergieron recuerdos de su infancia, donde Karin recordó con nostalgia el pastoreo de ovejas y el equilibrio entre sus clases por la tarde y labores en la chacra.
Su impulso para comprometerse con la comunidad surgió a raíz de la influencia positiva de una voluntaria estadounidense que, en el pasado, dedicó tiempo y esfuerzo a Tambo Grande, demostrando un interés profundo en la salud y nutrición de los niños locales.
Gestora del cambio y defensora de los derechos de las mujeres
Un momento significativo fue el relato de Karin sobre el primer caso que acompañó: una joven maltratada que encontró apoyo y orientación gracias a su intervención. Este episodio marcó el comienzo de su compromiso con el bienestar de las mujeres en situaciones similares.
La intervención de personas como Karin es muy importante ya que, según la Encuesta Demográfica y de salud familiar-ENDES- 2022, en Perú el 55,7% de mujeres de 15 a 49 años fueron víctimas de violencia ejercida alguna vez por el esposo o compañero.
Sumado a ello, la UNICEF Perú indica que el tipo de violencia que más afecta a las adolescentes, niñas y niños es la violencia sexual, ya que 7 de cada 10 casos reportados son de esta índole y son cometidos por un hombre conocido y cercano a la víctima.
Karin destaca la importancia de la formación y empoderamiento a través de talleres, subrayando que el conocimiento es una herramienta crucial para el progreso individual y comunitario.
Las razones principales por las cuales las mujeres maltratadas no buscaron ayuda en el Perú, de acuerdo a la ENDES, durante el 2022, es porque no consideraron que era necesario buscar ayuda, por vergüenza, desconocimiento y por temor, o bien porque no saben dónde ir a buscar ayuda.
Por ello, el rol de facilitadora comunitaria es un trabajo virtuoso y de dedicación inquebrantable de mujeres unidas por la igualdad y el bienestar comunitario, el distrito de Tambo Grande cuenta con un grupo denominado “Gestoras del cambio”
Durante la pandemia, adaptándose a la era virtual, Karin y su grupo de facilitadoras se capacitaron en comunicación digital, recibiendo dispositivos para fortalecer sus habilidades gracias al apoyo de Centro IDEAS y de SUCO como una herramienta, para que estas puedan realizar denuncias y tener acceso a la información y aplicaciones de una forma más rápida, discreta y segura.
La labor de Karin va más allá de las circunstancias actuales; aboga por la conciencia sobre los derechos sexuales y reproductivos, con la esperanza de construir un futuro más equitativo y libre de estereotipos de género.
Además, ofrece un consejo valioso: Insta a la comunicación, la búsqueda de apoyo y la comprensión de que siempre habrá alguien dispuesto a ayudar.
También hace hincapié en la importancia de la unidad y la superación de la invisibilidad que a menudo rodea a las mujeres dedicadas a la facilitación comunitaria.
La crianza amorosa
La ONU señala que la violencia contra las mujeres afecta el desarrollo de la sociedad, porque es un obstáculo para que las niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres adultas desarrollen sus habilidades, capacidades, lo que les impide participar y dar un mayor aporte en la economía, la educación, la salud, la cultura, y la política.
Por ello es de suma importancia cuando Karin, destaca la importancia de una crianza amorosa, donde cada palabra, gesto y momento contribuyen al desarrollo emocional de niños, niñas y jóvenes.
Karin hace hincapié en romper con los estereotipos de género y fortalecer la confianza y sororidad entre las mujeres, como gestoras del cambio en la sociedad.
A través de la labor del grupo de gestoras de cambio se busca sensibilizar, fortalecer y destacar el rol de la paternidad y maternidad como ejercicio de derecho, ya que en Perú, en la actualidad, según los datos reportados en el informe “Son Niñas no Madres” más de 50,000 niñas adolescentes de entre 10- 19 años son madres, en su mayoría producto de violaciones sexuales.
Por ello, es importante asegurar la decisión de las mujeres a elegir ser madres sin violentar su integridad.
Además, esta situación evidencia las desigualdades generacionales, socioeconómicas y territoriales que están arraigadas en la desigualdad de género.
El aborto terapéutico
En medio de la controversia y diversidad de posturas y opiniones que genera el aborto terapéutico, Karín junto a sus compañeras facilitadoras; se convierten en voces valientes que abogan por el bienestar de las mujeres de su comunidad.
El aborto terapéutico es un procedimiento médico-legal en el Perú desde 1924 y se aplica cuando la vida o la salud de la embarazada se encuentra en riesgo, este cuenta con un protocolo de implementación vigente desde el 29 de junio de 2014.
Si bien existen herramientas legales e intentos por responder a la problemática de los embarazos infantiles en el Perú, aún existen varias limitaciones para que las niñas y adolescentes accedan a este derecho. Según la defensoría del Pueblo, cada 85 minutos se registra una violación sexual a una menor. Sumado a ello, el Fondo de Población de las Naciones Unidas en el Perú -UNFPA-, indica que cada día ocurren 4 partos en niñas de entre 10 a 14 años. Todos estos casos fueron productos de violaciones.
Por ello es necesario implementar y respetar el protocolo del aborto terapéutico para salvar la vida, no solo de mujeres que padecen enfermedades que se agravan con el embarazo, si no, para brindar ayuda a mujeres, niñas y adolescentes gestantes cuya integridad física y emocional se encuentra en riesgo al haber sido violentadas sexualmente.
La historia de Karin no solo inspira, sino que también enseña lecciones de valentía, autenticidad y empatía. Resalta la necesidad de valorarse como individuos para luego poder contribuir positivamente al bienestar de los demás.
Es fundamental reconocer las instancias gubernamentales y las leyes que protegen a las personas, brindando apoyo gratuito en momentos de necesidad.
Además, insta a convertirse en voces replicadoras y protagonistas del cambio, especialmente para educar a las generaciones futuras y promover transformaciones significativas en sus vidas y sus comunidades.
Este proyecto ha sido posible gracias al apoyo financiero de Global Affairs Canada